Sácale partido al teletrabajo

¿Te acuerdas de esos días de frío en los que sonaba el despertador y pedías a todos los Dioses (sin ser tú creyente) poder quedarte en casa y no ir a trabajar? Pues bien, deseo concedido. Te quedan dos.

El teletrabajo ha llegado a nuestras vidas sin avisar, como ese pantalón vaquero que de un día para otro ya no te abrocha y al igual que éste, no tiene pinta de que vaya a abrochar en una laaarga temporada.  Así que dejémonos de dramas, a lo hecho pecho, lo hemos deseado y aquí lo tenemos. Saquémosle partido.

En MSR somos unas tías muy organizadas y hemos establecido unas normas básicas para llevar el teletrabajo con la mayor dignidad posible y como también somos bastante majas, os las contamos.

Levántate de la cama y vístete, anda

Sabemos que el pijama te encanta, a nosotras también. Es muy calentito y se amolda perfectamente a tu cuerpo y a tus necesidades, pero seamos realistas, ¿te sientes poderoso/a cuando lo llevas puesto? ¿Algún superhéroe se ha fabricado un traje de pijama para salir a salvar el mundo? Pues eso.

Dúchate, ponte algo decente y arréglate un poco el pelo, porque hasta para trabajar en casa hay normas básicas que hay que cumplir.

Establece un lugar de trabajo

Ya que hemos conseguido salir de la cama, no vuelvas.

En las películas americanas, los adolescentes hacen los deberes tumbados boca abajo en ella, con todos los apuntes desperdigados, pero tú ni eres adolescente ni americano, así que céntrate.

Busca un lugar apartado, si es una habitación aislada mejor, coloca en ella las cosas que vayas a necesitar e intenta no tener demasiadas distracciones a tu alrededor, decórala bonita y ponte a ello.

Trabajar en una habitación apartada del resto de la casa te ayudará a limitar tu zona de trabajo sólamente a ese espacio y el resto de la casa seguirá siendo eso, tu casa, que ya es bastante.

Horarios y límites

Establecer un horario de trabajo es fundamental, igual que lo haces cuando vas físicamente a tu puesto, debes hacerlo en casa. Tu rutina debe parecerse al máximo a la que llevabas cuando te desplazabas a la oficina. Por eso, ducharte, vestirte y colocarte delante del ordenador con tu mesa lista para comenzar es una rutina diaria que no puedes perder.

Cuando acabes la jornada (y la jornada debe durar lo mismo que duraba antes) ya estás listo/a para disfrutar de tu momento de ocio. Pon la tele, coge un libro o haz videoconferencias con tus amigos/as y familiares. Últimamente están muy de moda.

Vas a picar, acéptalo, no pasa nada

Tener la nevera y la despensa llenas a unos pocos pasos de tu lugar de trabajo no es la mejor de las noticias para esa operación bikini que llevas cumpliendo a rajatabla desde el 1 de enero, pero así es la vida, hay que aceptarla como viene.

En esas horas muertas en las que arrasarías con toda la cocina, intenta dejarte preparados platos saludables, de esa forma y al tenerlo más a mano, acabarás comiéndote eso en lugar de picar cualquier cosa. Por la noche córtate fruta y guárdala en la nevera, por la mañana añádele un yogur y listo, ya tienes un almuerzo sano en dos segundos.

Disfruta

En la vida hay momentos para todo y cuando pasan, es cuando nos damos cuenta realmente de lo bien que estábamos y lo poco que lo valoramos.

Disfruta de tu soledad, de trabajar a tu ritmo, de ponerte la música todo lo alta que quieras y por qué no, de cerrar trabajos importantes en zapatillas de ir por casa.

 

Carla Macián

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